Todo parecía estar en santa paz (¡sí, como no!) en el sacrosanto DIF una vez que todas las tepocatas, viboras prietas y sobre todo mazacoatas salieron, y de repente... vuelta para atrás.
El problema es que muchas de las viejas que salieron quedaron muy ardidas, y pues como no. Si las corrieron con un sonoro puntapie en su bastante flácido, fofo y abundante trasero... las pobrecitas se sentían tan seguras, creyendo que seguirían explotando a los niños y ancianos otro sexenio. Pero pues no. La hueva eterna de Landerreche tuvo que ser movida a punta de palos y finalmente actuó, aunque muchas heridas quedaron abiertas.
La Mazacuata Alatriste anda alebrestando a sus huestes en todas las unidades. Y es que la garrapata esta metió a todos sus parientes impedidos, alardeando del nepotismo que se le permitió ejercer por ser la mascota oficial de Ana Pereza Aranda. Ya comentaremos la fijación entre la yunquera Aranda y la Mazacuata, pero eso tendrá que quedar para otro día.
